El recibimiento al Athletic campeón de 1915

 

Lunes – 03 de Mayo de 1915.- Llegada de los equipiers a Bilbao.-

Según se había anunciado a las 8:40 llegó procedente de Donosti el equipo del Athletic que en Irun había conquistado por segunda vez consecutiva, y séptima alterna, el campeonato de España de Foot-ball contendiendo esta vez con el Español de Barcelona ganado el título de Campeón de 1915.

1915 ALINEACION ATHLETIC CAMPEON COPA EUSKO

Por acuerdo de la Directiva del Club se habían suprimido músicas y cohetes para el recibimiento. La directiva del Athletic dispuso que el recibimiento no fuera «estruendoso ni bullanguero» por la desgracia ocurrida la noche anterior en la estación de Deba, cuando regresaba el tren especial que se organizó para presenciar el match, de la que fue víctima el joven Agustín Kortadi, al cual atropelló el tren, muriendo a las tres horas de ocurrido el accidente. El joven era uno de los expedicionarios que habían acudido a presenciar el partido. Según parece se apeó en unión de otros amigos en la estación de Deba, donde el tren se había parado algunos momentos. Al intentar entrar en el tren, resbaló, cayendo a la vía y el convoy compuesto de unas veinte unidades pasó por encima cortándole ambas piernas. A pesar de los cuidados murió horas después.

A pesar de todo, a recibir al equipo campeón acudió un gentío inmenso, algunos de ellos con antorchas encendidas y con tamboril que se situaron en la Plaza del Mercado antiguo, plaza de los Santos Juanes y calle de Atxuri, así como en las calles cercanas a la Estación de los Ferrocarriles Vascongados. Desde media hora antes de la llegada del tren era casi imposible el circular por aquellos sitios, tal era el gentío que allí se congregó. Los balcones de las casas de Atxuri estaban atestadas de gente, ansiosa de saludar a los campeones.

En las inmediaciones de la estación la gente era contenida por guardias de seguridad, dejando libres las puertas para que pudieran salir los viajeros. El andén de la estación se hallaba lleno de público en el que figuraba la Directiva del Athletic, representantes de las Directivas del Arenas Club, Ariñ Sport, Club Deportivo y muchos socios de estas Sociedades. También se hallaba en el andén el Alcalde de Bilbao, Marco Gardoki.

A la hora indicada 8:40 llegó el tren, desbordándose el entusiasmo entre «goras, aplausos y hurras”. Al descender del coche, los bravos equipiers fueron saludados con una estruendosa ovación. El alcalde saludó estrechando la mano del presidente del Club campeón y al Capitán del equipo, y, descubriéndose dio un “¡Viva Bilbao!”, que fue contestado por la multitud.

Entre abrazos y apretones de manos los once jugadores del equipo, con el capitán Izeta, quien llevaba la copa del campeonato donada por el Rey, llegaron hasta el carruaje que, al afecto, estaba preparado. Unos entusiastas sacaron a Cabieces, héroe del partido, a hombros. Izeta se colocó en el pescante del coche, llevando la Copa ganada. Al aparecer en la calle los campeones, el gentío que esperaba frente a la estación les tributó una ovación indescriptible y los ¡Hurras! y ¡Goras! se sucedieron. Inmediatamente se organizó la comitiva.

Con gran trabajo se pusieron se pusieron en marcha los carruajes y su comitiva. Delante iban unos cuantos jóvenes con hachas luminosas y unos letreros con las inscripciones “¡Viva al Athletic!, “Hurra a los campeones” y “Bilbao saluda al Athletic”. Seguía el coche donde iban los equipiers y otro donde iba el entrenador inglés, William Barnes, y el equipo reserva. Detrás marchaban varios coches del Arenas Club, Club Deportivo, Directiva del Athletic y Ariñ Sport decorados con sus respectivas banderas donde iban los presidentes y directivos de los Clubs citados. Otros coches eran ocupados por socios del Athletic. Nunca se había visto en Bilbao un recibimiento parecido.

La única nota discordante fue la presencia de un grupo de jóvenes que irrumpieron entre los manifestantes llevando una bandera española de una entidad política, requetés jaimistas, sin tener en cuenta que la manifestación sólo se trataba de dar al Athletic la bienvenida y felicitación por su colosal triunfo de Irun. Parece que ésta fue la causa de algunos incidentes que hubo en el trayecto que recorrió la comitiva. Se dieron varios vivas a España.

En todo el trayecto que recorrió la comitiva por la Ribera al Arenal, puente, calle y plaza de la Estación, hasta el domicilio social del Athletic, calle Hurtado de Amézaga, fueron muy aplaudidos los equipiers. En el Arenal y en el puente de Isabel II el gentío era inmenso. Al llegar al domicilio social fueron nuevamente ovacionados que se hizo interminable cuando llegó el entrenador. Se dieron vivas a Bilbao, al Athletic y al entrenador. En los salones de la Sociedad reinó toda la noche gran animación y mucha alegría por el triunfo obtenido.

Hubo en la celebración mucha seriedad, pues todos recordaban la muerte del joven Kortadi, muerte que había impresionado mucho, y muy particularmente a los equipiers del Athletic pues el difunto era primo carnal de Luis Kortadi, jugador del equipo. Por este motivo en la manifestación no hubo ni la menor algazara tal y como había solicitado el Club. Los equipiers comentaron que en Zarauz, Mendaro, Deba, Elgoibar, Eibar, Durango y otros puntos habían sido obsequiados con banderitas y meriendas por entusiastas deportistas de dichas localidades.

Martes/Viernes – 04/07 de Mayo de 1915.- Preparación del homenaje.-

Al día siguiente se constituye una Comisión organizadora del homenaje a los campeones de 1915 formada por críticos de los diarios locales siendo presidida por el entusiasta sportman D. Antxon Bandrés, presidente del Club Deportivo Bilbao.

La base del homenaje sería un banquete, que se celebraría el sábado siguiente, a las ocho de la noche, sirviéndolo el acreditado Hotel Arana. La comisión deseaba que el banquete sea celebrado en lugar, a ser posible, al aire libre y condiciones de la mayor amenidad para el gran número de gente que ha de acudir y para que la fiesta resultara por todos los conceptos espléndida. Desde esa misma tarde, a las dos, empiezan a venderse las tarjetas para el banquete. El lugar de venta sería la sede social del Athletic en Hurtado Amézaga, 6, bajo. El precio del cubierto sería de cinco pesetas. La venta de tarjetas quedaría cerrada el viernes, a medio día, improrrogablemente. Podrían asistir al banquete cuantos lo desearan y no solo los socios.

Como el homenaje había de originar muchos gastos, se abrió una suscripción para que las distintas entidades y personas conocidas pudieran contribuir. La suscripción fue iniciada por la Comisión organziadora con 100 pesetas. El Athletic, en su deseo de que la fiesta fuera lo más brillante posible donó 250 pesetas.

El local que escogió, en un principio, la comisión para la fiesta fue el Campos de Sport. Sus condiciones no podían ser más excelentes. La junta de Campos de Sport cedió todos sus locales generosamente. Si acompañaba el tiempo el banquete se celebraría en los amplios y preciosos terrenos de tennis. Todos los terrenos estarían profusamente adornados e iluminados. Si el tiempo no acompañaba, el banquete tendrían lugar en los salones cubiertos de Campos de Sport. Días después por motivo de la climatología se cambiaría el local.

A su vez, el Athletic con objeto de obtener una fotografía rogó a sus jugadores a acudir al Campo de San Mames la misma mañana del homenaje. Los citados fueron los miembros de la Junta Directiva, Ibarretxe, Solaun, Hurtado, Mestraitua, JM Belauste, Cabieces, R. Belauste, Izeta, Zubizarreta, Moreno (Pichichi), German Etxebarria, Egia, Apón, Kortadi, Otxandiano, Acedo y Cortina. Curiosamente el jugador Mestritua no pudo asistir a la convocatoria siendo sustituido por otra persona del Club, Gojenuri, el cuidador del campo, y posteriormente se le cambió la cara por la del jugador rojiblanco.

ATHLETIC 1915 (2)

Veis el montaje? Mestritua es el tercero de la derecha en la fila del medio.

La suscripción seguía con nuevos donativos: Club Deportivo, 50 pesetas; Ariñ Sport, 50; Centro Vasco, 50; Club Bambino, 5; D. Leopoldo Moyua, 5; D. Manuel Arrizabalaga, 5; D. Guillermo Ibañez, 5; D. Angel Anguiano, 25; Una costurera, 1,5; D. José Díaz de Terán, 5; D. Luis Rousse, 1; …

Como comentábamos anteriormente, desgraciadamente, el tiempo se presentaba malo para el día del banquete por lo que la Comisión organizadora cambió el lugar del homenaje a los amplísimos salones que el Hotel Arana tenía en la estación de Atxuri. Este cambio fue anunciado en los diarios locales, en el local del Athletic y en el estanco del Boulevard.

Asimismo, para que el homenaje resultara lo más ameno posible, la Comisión dispuso un concurso libre de improvisación de chirenadas por grupos o individuales. Se pedía que nadie se excediera en sus facultades físicas y que cada uno se divertiera en proporción a su buen humor. La Comisión compadecía a los tristes y lamentaba no contar con medios para aliviar su desgracia. Se concedrían premios consistentes en vales para “refrescos de doble intención” a los que realicen alguna hazaña, hagan chistes, etc… Se organizarían carreras de velocidad y se establecerían records con arreglo a las circunstancias. Serían cronometrados por el que entre los presentes tuviera la vista más clara. Para hacer una reposada digestión de la comida se formarán equipos de cinco que se disputarán los vales, tirando de la cuerda, motores, golpes por malos chistes y por descuidos en el cumplimiento de las Ordenanzas municipales.

Los comerciantes de bilbao solicitaron a la Comisión organziadora el retraso del comienzo del banquete de las ocho a las nueve al no poder acudir hasta esa hora por sus ocupaciones profesionales. La comisión retrasó el comienzo de las actividades a la hora indicada por los comerciantes.

El menú consistiría en: Entremeses, Paella a la Valenciana, Colas de Merluza, Rosbeaf a la inglesa, Mantecado, Frutas, dulces y quesos, todo regado con vino.

La lista de los suscriptores seguía subiendo: Arenas Club, 25 ptas; Sociedad Vizcaína, 100; D. Mariano Vázquez, fijador de carteles; D. Mario Arana, 25; D. Pedro Guimón, 3;D. Martin Alkorta, 2; …

La Sociedad de los Campos Eliseos también dedicaría su fiesta de la tarde del domingo a los campeones que serían invitados a ella. En su honor se celebrarían diversos festejos, quemándose a la noche en los Cañpos Eliseos una bonita colección de fuegos artificiales.

Sábado – 08 de Mayo de 1915.- El Homenaje.-

ATHLETIC 1915

Como decíamos el homenaje, por motivos climatológicos se celebró en el restaurante que el conocido Sr. Arana poseía en la estación de Atxuri. Los dos grandes comedores estaban ocupadas por mesas convenientemente colocadas. En el comedor principal estaba la mesa presidencial. A las nueve comenzó el banquete.

Poco antes de esa hora entró en el restaurante el célebre boxeador campeón munidal de los pesos pesados Jack Johnson que había sido invitado al encontrarse casualmente en Bilbao, después de perder su título mundial en La Habana contra Jess Willard (José Villar) un americano con padre vasco, de Tafalla concretamente. Según se supo después se dejó ganar. Con él iba su secretario y un amigo. Johnson fue recibido con una ovación formidable, escuchándose varios vivas al boxeador. Éste entró con sombrero en mano, saludando.

JACK JOHNSON

Jack Johnson

Seguidamente, los comensales fueron colocándose en sus puestos. La presidencia fue ocupada por el alcalde Sr. Marco y Gardoki. A su derecha estaban el presidente del Athletic, don Alejandro de la Sota; el boxeador Johnson; D. Juan Arzuaga; el secretario de la Real Sociedad, D. Luis Alegre; el presidente de Campos de Sport, Sr. Irigoien; D. Evaristo Arbaiza y los redactores Isasi y de Franciso miembros de la prensa.

A la izquierda, el capitán del Athletic, Sr. Izeta; el presidente de la Comisión y presidente del Club Deportivo, D. Antonio Bandrés; por la Federación Norte, el presidente del Arenas Club, D. Ramón Etxague; D. Pedro Astigarraga; D. Félix Serrano, presidente del Ariñ Sport; Sr. Musatadi, médico del Athletic; D. Jose Camiña, D. Eduardo Moreno; D. José Zarraoa y el famoso redactor Sr. Mateos.

En torno a una mesa colocada en el centro tomaron asiento los equipiers campeones, el entrenador Mr. Barnes y D. Manuel Ansoleaga.

Al banquete asistieron unos 250 comensales entre los que se encontraban entre otros los Sres Leturia y Alegre en representación de la Real Sociedad y D. Luis Aritourteva del Jolastokieta. El banquete fue excelente, admirablemente servido por el Sr. Arana.

La alegría que reinó durante la comida fue grandísima dándose frecuentes vivas al club campeón. El acto fue amenizado por una banda de la Asociación musical y otra de tamborileros. Cuando el tamboril tocaba una pieza, se levantó Johnson, poniéndose a bailar un baile inglés. Su gran humor fue premiado con grandes aplausos. La banda también tocó el Alirón, siendo coreado por todos los comensales. Durante la cena Johnson firmó infinidad de autógrafos.

A los postres se levantó a hablar el alcalde, diciendo que la Comisión había acordado con muy buen criterio los brindis pero le encargó el ofrecimiento de amigos al vencedor del campeonato. Una gran ovación premió el breve discurso del alcalde y del posterior del presidente de la Federación Norte, Sr. Etxague, quien también era presidente del Arenas Club.

A continuación habló el equipier Ramón Belausteguigoitia, en nombre del equipo campeón. Sus primeras palabras fueron para agredecer al alcalde su asistencia al acto y para Mr. Johnson. Saludo a la Comisión organizadora del homenaje, al presidente de ésta Sr. Bandrés y a todos los presentes. Nadie se imaginaba que había jugado su último partido oficial con el Athletic ya que poco después partiría hacia Paris.

El Sr. Bandrés dió cuenta, por su parte, de que el señor abásolo había regalado un cronómetro para que fuese sorteado por los equipiers vencedores. El alcalde sacó la papeleta, correspondiéndole en suerte al capitán del equipo, Sr. Izeta. También se leyeron telegramas y adhesiones de diferentes entidades y personalidades como el Llodio Club, Julio Eguskiza, Alejandro Acha, José Berraondo, el Sr. Ruete, presidente del Athletic de Madrid, etc…

Finalmente se dieron varios hurras al equipo campeón, a Johnson, al entrenador y a los representantes donostiarras, terminando todos cantando el Alirón. Finalizó la agradable fiesta haciendo votos, por todos los reunidos, para que en largos años quede entre los vascos la preciada Copa del Campeonato.

Al año siguiente, y por tercer año consecutivo, el Athletic volvería a consquistar la Copa consiguiéndola en su propiedad.

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